AARP Eye Center
Por Miriam Davidson
Don Ritchie sabía que tenía un problema auditivo, pero durante mucho tiempo este profesor jubilado y administrador escolar no hizo nada al respecto.
Un día, hace unos 15 años, mientras cuidaba a su nieta de 9 años, ella le dijo, "Papá, ¿le puedes bajar el volumen a la televisión? Me lastima mucho los oídos".
"Fue entonces cuando me di cuenta de que necesitaba audífonos”, dijo Ritchie, de 80 años, residente de Mesa. “Así que los conseguí”.
Los audífonos lo han ayudado tanto personalmente como en su trabajo de voluntario con el comité ejecutivo de la red de activismo de AARP Arizona. Él depende de ellos para sus conversaciones en el capitolio estatal, donde ejerce presión en nombre de la asociación sobre una variedad de temas, incluido cómo apoyar a los adultos mayores con impedimentos auditivos.
AARP trabaja con la Arizona Commission for the Deaf and the Hard of Hearing (ACDHH, Comisión de Arizona para Sordos e Hipoacúsicos) para crear conciencia sobre el problema. Las prioridades incluyen aumentar el acceso y la asequibilidad de los audífonos, así como eliminar los impuestos de las baterías para audífonos.
Casi la mitad de los residentes de Arizona mayores de 50 años sufren de pérdida auditiva, un número que va desde menos del 30% de las personas entre 50 y 59 años hasta casi el 90% de las personas mayores de 80 años. Con 1 de cada 5 personas afectadas, la gente con pérdida auditiva es el grupo de discapacidad más grande del país.
El costo de la pérdida auditiva
A medida que la población envejece, el número de personas con problemas auditivos continuará creciendo. La exposición al ruido es el mayor contribuidor a la pérdida de audición, dijo Michele Michaels, gerente del programa para el cuidado de la salud auditiva de ACDHH.
Los boomers crecieron en una época antes de que la gente comprendiera la amenaza del daño generado por los trabajos ruidosos como la construcción y el ejército, o las actividades recreativas como motocicletas y conciertos, observó Michaels.
Dan Martinez, de 73 años, residente de Gilbert y presidente estatal de AARP Arizona, ha usado audífonos durante unos 10 años. Pero “no son una panacea”, dijo. “En restaurantes ruidosos o si hay otras distracciones, no funcionan tan bien. Tienes que elegir dónde funcionan mejor”.
Además, son caros —los de Martinez cuestan más de $4,000— y se pierden o se rompen fácilmente. Se le cayó uno al subirse a su automóvil en el aeropuerto de Phoenix y, sin darse cuenta, se fue así. Afortunadamente, “regresé al estacionamiento varias horas después y lo encontré" todavía intacto, dijo.
A pesar de la prevalencia de la pérdida de audición, la comisión estatal calcula que menos de una cuarta parte de quienes necesitan audífonos los usan. El costo es la mayor barrera; los dispositivos no gozan de cobertura de Medicare ni de la mayoría de los planes de seguro.
Michaels dice que existen programas para ayudar a las personas que no pueden pagar por audífonos; la comisión estatal puede dirigir a los socios de AARP a esos recursos. La organización también se presenta ante grupos para hablar sobre cómo lidiar con la pérdida auditiva.
Con un presupuesto anual de $4.6 millones y 16 empleados, la ACDHH es líder entre las tres docenas de comisiones estatales sobre la audición.
El año pasado, Arizona se convirtió en el segundo estado en instalar tecnología de circuito en las salas de audiencia pública en su capitolio, la cual amplifica sonidos y los envía a audífonos de manera inalámbrica.
En el año que viene, AARP Arizona continuará trabajando con la ACDHH en formas de reducir los costos de los audífonos y aumentar el acceso para las personas sordas y con dificultades auditivas. Para obtener más información, visita acdhh.org.
Miriam Davidson es una escritora que vive en Tucson.
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