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El envejecimiento es un proceso de aprendizaje de vida, y definitivamente la vejez no es sinónimo de incapacidad y enfermedad. Aunque podamos tener condiciones de salud debido a estilos de vida esto no debe ser un impedimento ni obstáculo para vivir una vida productiva, integrada y plena hasta el final de los días. En otras palabras, no importa la edad todos tenemos la capacidad de crecer, de renacer y transformarnos constantemente en cada una de las transiciones de nuestra vida a través de nuestro proceso de envejecimiento y crecimiento personal.
Ahora, miremos el otro lado de la moneda. Tenemos muchos paradigmas negativos fundamentados en falsas expectativas culturales en relación a nuestra vida, que tenemos que dejar a un lado para movernos hacia un envejecimiento positivo. Se trata meramente de un término para describir el proceso de mantener una actitud positiva, sentirse bien consigo mismo, mantenerse en forma y saludable, y participar plenamente en la vida a medida que se envejece.
No importa la edad, es sumamente importante que tengamos un propósito de vida ulterior. Esto se trata de nuestra búsqueda activa de un objetivo personal identificado y alcanzable dentro de un término de tiempo, impulsado y definido por los valores personales.
Pero sabemos que el propósito de cada cual va más allá, y podemos observar que mientras más se ofrece servicio a los demás y más ayudamos, por alguna razón sentimos gran dicha. ¿Y por qué? Porque estamos tragando la mejor píldora para la felicidad y encontrar nuestro llamado ulterior más allá de nuestro propio ser. Se trata de dar rienda suelta a la pasión de nuestros valores que trascienden nuestro ser como lo son la empatía, las relaciones y el servicio, entre otros.
Por otro lado, es importante tener un estilo de vida adecuado para extender no tan solo la expectativa de vida, sino la expectativa de vida saludable. Para esto los valores personales deben estar realmente alineados con nuestras acciones diarias.
Es importante recalcar la conexión entre vivir con propósito y la salud. Según nos cuenta Simone de Beauvoir en su libro The coming of age, las personas que viven con propósito padecen menos condiciones de salud Por una parte, tienen una incidencia mucho menor de Alzheimer y 30% menos ataques al corazón. Además, si son diabéticos tienen mejor control de su condición y también se reduce la incidencia de infartos.
Haga su introspección individual para determinar cuál es su propósito de vida para vivir al máximo no importa la edad. Le invito a que dé rienda suelta a ese llamado interno personal para tener un envejecimiento positivo. Recuerde que las personas con propósito de vida viven más saludablemente y realmente a plenitud. Nunca es tarde para reexaminar nuestro propósito de vida y añadirle vida a sus años.