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Tal vez no lo hayas pensado, pero estás constantemente apoyando a tus padres u otro ser querido en un sinnúmero de actividades cotidianas. Nos referimos a asuntos tan elementales del diario como proveer ayuda con el baño, limpieza del hogar, vestirse, alimentación, administrar medicamentos, cuidar de heridas o transportación a citas, entre otros. ¿Suena familiar?
Puede que no te hayas identificado, pero si realizas tres o más de las tareas mencionadas te puedes considerar como un “cuidador familiar”. Para efectos prácticos se puede definir como “cuidador familiar” a un pariente, compañero, amigo o vecino que tiene una relación significativa de apoyo a un adulto mayor, o a un adulto con una condición crónica o de incapacidad.
Son muchas las razones para que tus padres o familiares requieran de tu apoyo. Estas pueden ir desde problemas de movilidad o fragilidad por causa del envejecimiento normal, hasta accidentes inesperados o condiciones crónicas de salud. Ante estas situaciones, cuando nos toca cuidar de nuestros padres lo hacemos incondicionalmente y con amor, pero puede ser duro y generalmente fallamos en cuidarnos a nosotros mismos.
Ser cuidador familiar implica unos costos en tu calidad de vida que tal vez no estés calculando y sopesando para mantener tu balance. Podrías estar padeciendo de estrés emocional por preocupaciones o falta de tiempo para tus cosas personales, e incluso te puedes aislar socialmente. Quizás descuidas tu salud física por falta de tiempo para hacer ejercicio o has dejado de comer nutritivamente. Asimismo, puedes estar enfrentando gastos imprevistos que descuadran tus finanzas mensuales. En muchos casos, es necesario faltar al empleo para apoyar a tus padres en asuntos de salud y esto puede traer problemas con el patrono. En fin, la vida se complica y hasta qué punto.
No obstante, la mayoría de los cuidadores por lo general llevan a cabo sus responsabilidades con poco o ningún apoyo. Esto ocurre porque no necesariamente se ven a sí mismos en el rol de cuidadores, y ni siquiera piden apoyo a otras personas. Si al leer este artículo te identificaste, queremos compartir contigo algunos consejos ‘de cuidadores para cuidadores’:
- Ten mucha paciencia, porque no sabes si en un futuro la tendrán que tener contigo.
- Organízate y prepara un expediente médico para emergencias de modo que no olvides detalles. Incluye información de contacto, Seguro Social, seguro médico, tarjetas de Medicare o Medicaid, medicamentos con dosis e indicaciones, si hay alergias y problemas médicos previos.
- Saca tiempo para ti para que no “te quemes”.
- Mantente positivo aunque tengas días difíciles.
- Únete a un grupo de apoyo – saber que no eres la única persona pasando por la situación ayuda y puedes aprender de las experiencias de otros.
- Aprende a escuchar bien para mantener buenas relaciones.
- Confía en tus instintos – si algo se siente raro no dudes en hacer preguntas.
- Mantén el buen humor – la risa hace maravillas para reducir el estrés.
- Demuestra tu cariño – es fácil verse atrapado en todo lo que hay que hacer, pero recuerda por qué asumiste esta labor de amor en primer lugar.
- Lo más importante: brinda cuidados con dignidad y respeto – el que ofrezcas apoyo no significa que tus padres sean incapaces de dirigir sus vidas, ni que vuelvan a ser como niños.
Por otro lado, es importante que planifiques para el futuro porque así como te ha tocado cuidar, puede que a tus hijos les toque cuidarte más tarde en la vida. Debes pensar en tus metas y necesidades para poder mantenerte viviendo con independencia dentro de tu hogar y en tu comunidad, rodeado de la familia y amistades. Esto se relaciona con asuntos en torno a las facilidades de tu hogar, los servicios accesibles en tu comunidad, tu salud, finanzas y documentos legales como las directrices médicas.
Esperamos que estos consejos sencillos pero sabios te ayuden a seguir hacia adelante y a comenzar a planificar para el futuro. Reconocemos los sacrificios y los retos de los roles que tienes que asumir como cuidador. Por esta razón, AARP pretende ofrecer mejores recursos y apoyo a los miles de cuidadores que brindan el apoyo esencial a las personas que aman.