AARP Eye Center
Comencé a trabajar como voluntaria para AARP en el 2015, después de jubilarme luego de haber proporcionado servicios sociales a la comunidad en Hartford por 45 años.
Aunque estoy jubilada oficialmente de mi papel como trabajadora de servicio público, siento que puedo seguir usando mi experiencia vital y laboral para prestarles servicio a otras personas. Es una bendición tener una vida maravillosa que me ha permitido crecer en lo personal y lo profesional. Me he dado cuenta de que me apasionan las personas, y deseo seguir compartiendo y marcando una diferencia al enriquecer las vidas de los demás.
Como voluntaria de AARP, he conocido a muchas personas, en particular los empleados y otros voluntarios, a quienes les entusiasma y apasiona la misión de AARP. Esta energía positiva me ha hecho sentir muy bienvenida y conectada.
He podido asistir a capacitaciones sobre muchos de los programas comunitarios de AARP, como por ejemplo la Red de Vigilancia contra el Fraude, Life Reimagined y defensa de derechos. Esto último incluyó una labor para que la Legislatura de Connecticut aprobara la ley CARE el año pasado. Toda la información y los materiales para cada programa son de alta calidad.
He tenido la oportunidad varias veces de formar parte de un equipo, junto con el personal de AARP y otros voluntarios, en ferias comunitarias por todo el estado. Estos eventos son muy informativos y útiles para personas que con frecuencia no tienen información y están desatendidas debido a muchas circunstancias. Participar en estos eventos como voluntaria me hace sentir muy bien.
Sé por experiencia que muchos de los que asisten a las ferias comunitarias no tienen acceso a la importante información y los materiales que proporcionamos, los cuales promueven su autonomía.
En octubre, fui voluntaria en una de esas ferias comunitarias, la Exposición sobre Salud de NBC, que se realiza anualmente. El quiosco de AARP tenía un juego de “girar la rueda”, que atrajo a muchos de los que asistieron a la feria. Ellos podían girar la rueda y luego responder preguntas sobre la prestación de cuidados. Esto nos permitió compartir datos estadísticos sobre los cuidadores en Connecticut y la recientemente aprobada ley CARE. Nosotros los voluntarios pudimos entablar conversación con los participantes sobre la ley CARE, y proporcionarles recursos impresos. Todos dijeron lo agradecidos que estaban de recibir información tan importante sobre un tema del que sabían muy poco. La rueda fue una opción ingeniosa para proporcionar información a los demás de manera divertida e interesante. Cuando me marché de este evento, sentí que fui muy productiva y que marqué una diferencia al dar unas cuantas horas de mi tiempo.
En noviembre, fui voluntaria en una feria comunitaria para adultos mayores, que fue patrocinada por el representante estatal de esa zona geográfica. Muchos de los participantes mencionaron que no estaban al tanto de toda la información que brindaba AARP.
De nuevo, sentí que había marcado una diferencia al potenciar las vidas de los demás, en particular las de los adultos mayores.
Gracias a mi participación en AARP y sus iniciativas de defensa de derechos, tuve la suerte de asistir a mi primera audiencia legislativa estatal. Durante esta audiencia, descubrí cómo nuestras voces pueden marcar una diferencia en el proceso político. Esta experiencia me abrió tanto la mente que ahora planeo estar presente en audiencias legislativas en el futuro.
También me entrevistaron dos estaciones de radio en español que transmiten en vivo y un programa televisivo comunitario de entrevistas grabado, que son populares entre la comunidad latina.
Estas oportunidades me permitieron compartir con otros mucha información sobre AARP y el voluntariado.
El nombre de AARP es popular, pero muchas personas no tienen ni idea de todos los servicios que AARP brinda a la comunidad. Me entusiasma seguir como voluntaria de AARP tanto como pueda, a fin de poder continuar dando mi tiempo —y sintiéndome bien como ciudadana jubilada— para la sociedad sana y vibrante que todos nos merecemos.
Iris Rivera Acosta vive en Hartford.