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Por Lisa Towle
Ferry y Frances Barber, de Goldston, han estado casados por 65 años. Juntos criaron a dos hijos, se jubilaron juntos en el 2002 y, en el 2007, juntos enfrentaron el ataque cardíaco que dejaría físicamente incapacitado a Ferry en forma permanente.
La pareja sigue viviendo junta con la ayuda del servicio de asistencia de salud domiciliaria que brinda el Chatham County Council on Aging (Consejo de la Tercera Edad del Condado Chatham) a través del programa Bridges to Care de la organización.
Frances Barber dijo que esto mejoró la calidad de vida de ambos y que, sin esa ayuda, su marido, un veterano de la Segunda Guerra Mundial, de 88 años, probablemente estaría internado en un centro de vida asistida.
“La señora que brinda asistencia de salud a domicilio viene dos horas por día, cinco días a la semana. Si no fuera por ella, yo tendría que hacer las cosas de manera diferente, y sé que Ferry estaría muy triste”, dice Frances, de 85 años.
El acceso a este tipo de asistencia debería estar disponible para más familias, sostuvo Mary Bethel, directora de Defensa de Derechos en AARP Carolina del Norte. Esa es la razón por la que esto constituye una de las principales prioridades de la organización para la sesión de la Asamblea General que comienza el 14 de enero. La agenda incluye:
Subvenciones para atención domiciliaria y comunitaria (HCCBG, por sus siglas en inglés). Al menos 60 de los 100 condados del estado tienen más adultos mayores de 60 años que niños menores de 17. Se prevé que, para el 2025, sean 90 los condados que presenten esa misma situación poblacional.
El programa HCCBG, creado en 1992, combina ayudas federales y estatales para asistir a adultos mayores y cuidadores familiares. El año pasado, esas ayudas fueron reducidas en casi $1 millón, dijo Bethel, a pesar de una lista de espera de más de 16,000 personas para varios servicios. AARP trabajará para restablecer ese financiamiento.
Transición del hospital al hogar Aproximadamente 1.7 millones de residentes de Carolina del Norte cuidan de un familiar y lo ayudan a permanecer en su propia casa. Sin embargo, un informe de AARP de alcance nacional reveló que la mayoría de los receptores del cuidado (el 69%) no recibe la visita de un profesional de la salud en su domicilio después de haber sido dado de alta del hospital.
AARP trabajará en una propuesta que exigiría a los hospitales notificar a un cuidador designado cuando un paciente esté por ser dado de alta, y brindarle instrucción en tareas médicas que se realizan en el domicilio del paciente, como aplicar inyecciones y curar heridas.
Medicaid Se mantendrán los esfuerzos para instar a los legisladores y al gobernador Pat McCrory (republicano) a extender la cobertura de Medicaid a más personas de bajos ingresos en virtud de la Affordable Care Act (ACA, Ley del Cuidado de la Salud a Bajo Precio), incluidos unos 100,000 residentes de 54 a 64 años de edad que carecen de seguro de salud.
Por otra parte, las actividades se centrarán en garantizar que los adultos discapacitados se encuentren representados y protegidos mientras el estado implementa cambios en la manera en que Medicaid es administrado, y en proteger la elegibilidad y los servicios de Medicaid para los adultos mayores, ciegos y discapacitados.
Normativa sobre tutelas. Carolina del Norte no ha adoptado una ley, promulgada en 40 estados, que hace transferible de un estado a otro la tutela legal ordenada por un tribunal.
La Uniform Adult Guardianship and Protective Proceedings Jurisdiction Act (Ley Uniforme de Procedimientos de Protección y Jurisdicción en casos de Tutela de Adultos) alinearía a Carolina del Norte con la mayoría de los estados clarificando cuál es el “estado natal” o “de origen” de una persona si surgiera un conflicto. AARP insta a los legisladores a aprobar el proyecto de ley.
Trabaja y ahorra (NC Work and Save). Según el AARP Public Policy Institute, casi 2 millones de trabajadores en Carolina del Norte no tienen acceso a un plan de pensión o jubilación. Esta propuesta, diseñada para disminuir la dependencia de la asistencia gubernamental durante la jubilación, establecería un plan 401(k) autorizado por el Gobierno para los trabajadores del sector privado, y aquellos que trabajan por su propia cuenta y no tienen acceso a programas jubilatorios en el lugar de trabajo.
Permitiría ahorrar a través de una deducción automática de la nómina, y las cuentas seguirían a sus titulares cada vez que estos cambien de empleo.
Bethel trabajó durante meses con un ejército de voluntarios para adelantar esta agenda. “Es hora de acelerar esta gestión”, expresó. “Todos sabemos que se trata de mejorar la vida de millones de personas”.
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Lisa Towle es una escritora que vive en Cary, Carolina del Norte.
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