AARP Eye Center
Por Rachel Brand
En un centro de llamadas en Denver, Joe Pell se coloca un auricular de televendedor y llama a desconocidos cuyos nombres aparecen en una lista de mercadeo. La mayoría del tiempo, nadie contesta. Con frecuencia, Pells deja un mensaje detallado. Cuando alguien contesta, lo escuchan con cautela.
Este vendedor de seguros jubilado de 88 años explica que cada año miles de víctimas pierden millones de dólares a causa de inversiones fraudulentas. Vendedores no registrados intentan engañar a adultos mayores por medio de llamadas, correos electrónicos y seminarios con almuerzo gratuito incluido. Fomentan una falsa sensación de urgencia y prometen un rendimiento económico estratosférico.
“Trata solo con vendedores registrados”, advierte Pells. “Examínalo. Investígalo. Averigua lo que puedas sobre eso, o cuelga”.
Pells forma parte de casi una docena de voluntarios en el centro de llamadas de Lucha contra el Fraude, de AARP Foundation (en inglés), en Denver —hay otra docena de voluntarios en Seattle—. Este programa comenzó hace nueve años y desde el 2012 ha recibido un subsidio anual de $200,000 de la Investor Education Foundation (Fundación de Educación del Inversor) de la Financial Industry Regulatory Authority (FINRA, Autoridad Reguladora de la Industria Financiera).
Las investigaciones demuestran que quienes escuchan mensajes contra el fraude tienen probabilidades un tercio menores de dejarse engañar con un argumento de venta poco ético. En el 2015, los voluntarios del centro realizaron 131,733 llamadas a posibles víctimas en todo el país. “Siento una gran satisfacción al ayudar a las personas, y ellas me lo agradecen”, dijo Pells.
Programas de prevención del fraude
La oficina regional de AARP Foundation en Denver también opera el programa ElderWatch, una línea directa para resolver las quejas de los consumidores, en el 800-222-4444.
La Oficina del Fiscal General de Colorado le da $300,000 al año a AARP Foundation para que cerca de 150 voluntarios puedan, entre otras tareas, recibir las quejas de adultos mayores que piensan que podrían haber sido víctimas de fraude. La fundación ha descubierto que las estafas con las que más a menudo se intenta engañar a los adultos mayores son las relacionadas con premios, sorteos, loterías, servicios o productos de reparación doméstica, ventas o reparación de automóviles, e inversiones en bienes raíces o propiedades de tiempo compartido.
Algunas quejas se resuelven con la mediación, y otras se envían a la policía, los fiscales o los investigadores de valores. En 14 años de operaciones, ElderWatch ha manejado 25,000 quejas de consumidores.
Hace dos años, la oficina de AARP Foundation en Colorado comenzó a compartir sus técnicas e información con el programa de la Red de Vigilancia contra el Fraude, de AARP. Esta iniciativa nacional para combatir el fraude incluye una línea gratuita de ayuda a consumidores (877-908-3360) y un robusto sitio web, además de consejos y herramientas para ayudar a las personas a evitar las estafas.
Los estafadores financieros tienden a poner en la mira a personas de mayor edad, casadas, de ingresos altos y con estudios universitarios.
“Le apuntan de manera desproporcionada al segmento demográfico de mayor edad, en parte porque han tenido toda una vida para acumular riqueza”, dijo Gerri Walsh, presidenta de la Fundación de Educación del Inversor de FINRA. “Sin embargo, ellos también son la población más vulnerable porque si ya no trabajan, no tienen oportunidad de recuperarse de las pérdidas”.
Quienes hace poco perdieron el empleo, se mudaron, estuvieron enfermos o sufrieron la pérdida de un ser querido también corren riesgo, dijo Amy Nofziger, directora regional de operaciones de AARP Foundation. “A menudo escuchamos: ‘Acababa de salir del hospital y el teléfono sonó, y no estaba pensando claramente’”.
Nofziger recomienda practicar un guion de rechazo que te funcione —como por ejemplo, “Nunca hago negocios por teléfono” o “Necesito verificar todo con mi hijo, que trabaja para el departamento de policía”— y pegarlo con cinta adhesiva al teléfono o detrás de la puerta principal.
“Los estafadores verán que tú representas demasiado trabajo, y te dejarán tranquilo”, dijo Nofziger.
Hace poco, Pells habló con una mujer que recibió una llamada no solicitada de un supuesto técnico de computadoras, quien afirmó que la computadora de ella tenía un virus y dijo que necesitaba su información financiera personal para arreglarla.
Pells dijo que las llamadas no solicitadas como esa invariablemente son una estafa. “Cuelga el teléfono, siempre”, agregó. “No les des esperanzas”.
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